En la primavera de 1853 eran expulsados de Sonora los filibusteros franceses que había dirigido Gastón de Raousset-Boulbon para atacar Hermosillo y enviados a San Francisco, según vimos anteriormente. Habían buscado proteger la mina Planchas de Plata, al suroeste de Nogales, población que todavía no existía, para poder explotarla.
México acababa de pasar por una revolución que llevó a la renuncia del Presidente Arista, y en marzo de ese 1853 asumía nuevamente el poder Santa Anna. De inmediato, en vez de adoptar el sistema federal disolvió al Congreso Nacional, abolió las legislaturas estatales reduciendo a los Estados a Departamentos y adoptó el sistema centralista. Durante esos mismos meses, una combinación de hechos marcó para siempre la historia de nuestro país. Todos fueron simultáneos aunque sólo puedo presentarlos uno después de otro.
El más importante fue la negociación del Tratado de la Mesilla (conocido como Gadsden en los Estados Unidos), negociación iniciada también en 1853, y que fue firmado el 30 de diciembre, y cuyas principales cláusulas fueron la abrogación del artículo del Tratado de Guadalupe-Hidalgo que hacía responsables a los Estados Unidos de las tropelías que causaran en México los Apaches que vivían en la nación vecina, y la venta a Estados Unidos del territorio situado al Sur del Río Gila. Y a pesar que se piensa que la iniciativa de vender ese territorio partió de Santa Anna, en realidad éste se negó a vender y únicamente aceptó la opción donde vendería el menor territorio posible después de recibir varias amenazas que de cualquier manera México perdería. (Se puede ver más detalles en el siguiente artículo)
En Sonora, Manuel María Gándara había sido electo gobernador en diciembre de 1852 y nombrado Comandante General poco después. Mientras, se recrudecían los asaltos Apaches y continuaba el interés por los minerales de La Arizona; en diciembre de 1852 el periódico Alta California decía: “Un rico espécimen de plata de la Mina de La Arizona ha sido mostrada al Editor…. Es casi pura y habla muy a favor de la riqueza de esas minas;” además, el gobernador interino de Sonora dirigió un plan para explotar las minas de La Arizona, aunque su expedición fracasó.
Gastón de Raousset había recibido un salvoconducto para ir de San Francisco a México a entrevistarse con un Santa Anna que se debatía entre la duda de colonizar la frontera con gente que no fuera anglosajona para evitar repetir el error por el que se había perdido Texas, o no hacer nada. Raousset primero le propuso traer seis mil hombres a Sonora dentro de seis años para que la colonizaran, aunque cuando notó que a Santa Anna no le gustaba esa oferta, propuso traer una fuerza de quinientos hombres armados, equipados y organizados militarmente para expulsar a los temibles Apaches dentro de un periodo de dos años. En septiembre el Ministro de Guerra le preguntaba al gobernador Gándara su opinión sobre las propuestas de Raousset, y cuando éste respondió recordando la invasión filibustera de 1852, y que no era necesario conseguir más tropas, ya que con los soldados mexicanos existentes se podía defender el territorio, Santa Anna decidió rechazar la oferta de Raousset y éste regresó con las manos vacías a San Francisco.
William Walker |
Raousset |
El 25 de junio de 1854 partía de San Francisco, cinco días antes de que entrara en efecto el Tratado de la Mesilla. De esta manera, Raousset desembarcaría en un Sonora ya legalmente partido en dos el 1 de julio, aunque todavía soñaba, según lo mencionara en dos cartas que les envió a sus correligionarios, en hacerse justicia, buscar la libertad de los sonorenses de su gobierno, y conseguir la riqueza de La Arizona para sus hombres.
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