Ignacio Pesqueira |
En lo regional, en 1880 había sido concluido el Ferrocarril que atravesaba de Este a Oeste al entonces territorio de Arizona en su porción Sur, pasando por Benson, tan sólo a 50 kilómetros de la frontera (como se aprecia en el mapa adjunto) y para controlar el contrabando, ese mismo año el gobierno de México estableció cuatro aduanas en la frontera de Sonora con Arizona, en San Pedro Palominas, en el entonces rancho Los Nogales, en Sásabe y en Quitovaquita (actual Sonoita).
En particular, la aduana de San Pedro cubría el comercio entre Tombstone, en Arizona, y Bacoachi, Arizpe, Delicias y demás poblados del Río Sonora, así como con los del río Bavispe como Fronteras, obviamente pasando por las casi deshabitadas minas de Cananea. También, esa década desaparecieron los constantes ataques Apaches, el último de ellos ocasionado por el apache Gerónimo en 1886, quien mató ese año a un bisabuelo del autor de este artículo al sur del actual Agua Prieta.
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Además, la apertura comercial llevó a que la frontera tendiese a desaparecer. John Hohstadt, de Tombstone, había adquirido unas 200 mil hectáreas en terrenos ganaderos por Cananea y organizado la California Land and Cattle Company, igualmente surgieron actos de bandidaje internacional, como los de los Clanton o los hermanos McLaury que robaban ganado en cualquier lado de la frontera para venderlo del otro, y ocasionaban asesinatos como el de ocho mexicanos, en julio de 1881, en el Cañón de los Esqueletos (en la frontera entre Sonora - Chihuahua - Arizona y Nuevo México), acto que seguiría con la emboscada y muerte de otro grupo mexicano que viajaba de Fronteras a Tombstone, lo que llevó a que se organizara en Bavispe un grupo para hacerse justicia. Así, dos semanas más tarde los bandidos fueron muertos en el mismo cañón.
Acompañando a esta violencia regional, también se avecinaban cambios profundos en la infraestructura económica mundial. El más importante fue la decisión de Thomas Alva Edison, en 1882, de utilizar al cobre como el conductor de la electricidad, decisión que desembocó en el mejoramiento de los procesos de refinación del metal, de químicos a electrolíticos, para quitarle las impurezas al cobre e incrementar su conductividad, y así creció el interés mundial por las minas de cobre, así como en Sonora por los terreros desecho de las antiguas obras mineras que contenían mucho cobre, haciéndolos también propensos a ser explotados. El problema fue que estas nuevas empresas no llegaron con buena actitud para con los mexicanos.
En Cananea, en 1881 la compañía minera Unión Mexicana, cerca de Puertecitos, había sido vendida a una compañía de Cleveland que construyó una pequeña refinería en el arroyo Cuitaca, la que cambiaría después a Puertecitos. El problema fue que su administrador, de apellido Bennett, fue asesinado por los mineros por el maltrato que les daba, y poco después otro estadounidense, el Coronel R. F. Morton, quien administraba la mina Que Esperanzas sufrió la misma suerte, mientras que otra aventura minera más, la Copper King Company igualmente terminó con una batalla a balazos contra las autoridades mexicanas.
William Cornell Greene |
En sus viajes a Sonora, Greene indudablemente se dio cuenta del potencial que tenía Cananea, no como mina sino para reprocesar sus terreros, llenos de cobre, metal que había sido desechado anteriormente y que el desarrollo de la electricidad volvía valioso.
Con ese fin, el 3 de diciembre de 1896 Greene logró un contrato con Elena, viuda del General Pesqueira, y adquirió en $1 además de $20,000 dlls pagaderos en 1899, las minas de Chivatera, Ronquillo, Cobre Grande y San Ignacio, asimismo se asoció con Henry Caraway, quien se había casado con la viuda de Pesqueira, y debido a que en julio anterior otro grupo de inversionistas, Tadeo Iruretagoyena (dueño de un molino de harina en Hermosillo) y Jacobo Stormann (comerciante de Magdalena) habían comprado a los Pesqueira cinco minas más, ese mismo día de diciembre Greene se asociaba con todos ellos y registraron en Tucsón, Arizona, la Compañía de Cobre de Cananea (Cananea Copper Company), emitiendo 200 certificados valuados en $20,000 para capitalizarla.
OK Corral, en Tombstone, ca. 1880 |
Finalmente, el 20 de diciembre de 1897 el jurado declaraba no culpable a Greene, que se aproximaba a los 45 años de edad, aunque esta pena siguió con la muerte de su esposa, en diciembre de 1899, víctima de cáncer.
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