El desarrollo económico del Estado durante el Porfirismo, promovido por las inversiones extranjeras en el ferrocarril, no llevó únicamente al establecimiento de la aduana de Los Nogales, seguido por la inauguración del Ferrocarril de Sonora en el mismo lugar, mismo que comunicaba a Guaymas con Estados Unidos, y finalmente al surgimiento de esta población fronteriza, sino que también otros renglones económicos fueron desarrollados, y entre todos ellos, tal vez el más importante, fue el de la minería.
William Cornell Greene |
Dirigido a ese fin, en 1898 compró un grupo de denuncios mineros en un lugar despoblado entonces, llamado Cananea, mineral que había sido descubierto en 1760 y cuya historia pasó por aitibajos, y no fue sino hasta poco antes de 1860 cuando el Gral. Ignacio Pesqueira, gobernador de Sonora, los empezó a trabajar, cuando estos minerales tuvieron un desarrollo más duradero, mismo que continuó hasta el fallecimiento del General en 1886, cuando pasaron a ser propiedad de su viuda, Elena Pesqueira.
Cananea, iniciando el siglo XX |
Todo ésto llevó, a su vez, al nacimiento de una población en aquel lugar que para fines de esa primera década del siglo XX se había convertido en uno de los complejos cupríferos mayores del mundo, y el poblado que surgió adjunto, para 1906 alcanzaba los 20,000 habitantes, lo que la hacía la ciudad más poblada del Estado de Sonora.
Empleados armados cuidando la tienda de la compañía en 1906 |
Esto se debió a que 1907 había perdido el control de la compañía minera, no en poco grado ocasionado por la huelga de Cananea de 1906, con lo que ésta pasó a manos de Thomas F. Cole, detrás de quien se encontraba John D. Ryan, quien el año anterior había sido nombrado como Presidente de la Anaconda Copper Co., ambos también asociados con el complejo financiero de la Amalgamated Copper Co.
James Douglas |
La compañía Phelps Dodge había ido creciendo durante aquellos años, adquiriendo empresas mineras en Sonora. Así, en 1895 compró la Moctezuma Copper Company, que era a su vez dueña de Pilares de Nacozari, mina que había sido establecida alrededor de 1867 por U. B. Treaner como la Moctezuma Concentrating Company, aunque poco después había pasado su control a los intereses de la familia Guggenheim, quienes a su vez la vendieron a la compañía Phelps Dodge, y así fue cómo esta compañía quedó bajo el control de la Phelps Dodge.
Además, como ya vimos, la Phelps Dodge había adquirido en 1903 acciones de la compañía Cananea de Greene, y para explotar mejor la producción de Nacozari, la compañía Phelps Dodge, al igual que como sucedió en Cananea, se enfrentó a la necesidad de construir una salida de sus minerales rumbo a Arizona, por lo que en 1904 construyó el ferrocarril con 123.7 Km de extensión que enlazaba a Agua Prieta con Nacozari.
Uno de los hijos de Douglas, Walter, administraría Nacozari durante la revolución y sucedería a su padre en 1916 como Presidente de la Phelps Dodge, mientras que el hijo mayor, James S. Douglas, fundaría el pueblo de Douglas, Arizona, vecino de Agua Prieta, y organizaría bancos en Bisbee y Douglas, así como también participaría como administrador minero, tanto en Nacozari como en Cananea durante la revolución. Es decir, aquí se presentó el entremezclado de factores mundiales de aquel momento con otros regionales.
Casas mexicanas y estadounidenses en Nacozari |
Como muestra de esta disparidad, en los planos de la derecha aparecen las habitaciones que construía entonces la compañía en Nacozari: en la parte alta de la cañada de Pilares para los mineros estadounidenses y en el fondo de la cañada para los mexicanos.
Aunque probablemente la mejor manera de entender esta disparidad de condiciones de vida que tenían entonces los mexicanos y estadounidenses la logremos acudiendo a la descripción que nos heredó el Ingeniero estadounidense, Ralph Ingersoll. Así, él nos describe en el barrio estadounidense de Pilares de Nacozari las casas estadounidenses, cada una con un jardín "en donde el pasto casi verde y los árboles de durazno e higueras estaban nítidamente cercadas contra los burros andariegos... [y cada casa] con una muchacha mexicana que ayudaba, y tenían todas las comodidades modernas incluídas, mismas que hacían realidad el sueño de un vendedor de bienes raíces -luces eléctricas, agua fría y caliente y el descenso de dos minutos al trabajo"
Además un día, queriendo conocer cómo se vivía entre los mexicanos, bajó al "pueblo mexicano" y encontró a uno de los obreros mexicanos mejor pagados, "en una casa de adobe techada con lo que evidentemente eran antiguas puertas de la mina... y su chimenea consistía de una media docena de latas de café pegadas una tras otra... con un solo cuarto en donde vivían niños, perros y puercos, y así fue que se preguntó: "Si los ricos como Angel viven así, ¿En dónde viven aquellos que sólo ganan un peso con cincuenta centavos diarios?" ("In and Under Mexico," New York: Century, 1924)
Por eso es que para concluir este artículo cabría que nos preguntásemos si la culpa de esta disparidad la tuvieron los inversionistas que ofrecían empleos a tantos mexicanos desempleados, o los gobiernos mexicanos que habían olvidado que precisamente su razón de ser era esa: preocuparse por ofrecerle la mejor calidad de vida posible a aquellos mineros.
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