Sunday, October 21, 2012

De las acciones filibusteras al inicio del rancho La Arizona y Planchas de Plata

Como lo anticipaba en el artículo anterior de esta serie y sabemos los sonorenses, Gastón Raousset Boulbon atacó Guaymas en 1854 aunque fue rechazado y derrotado el 13 de julio por las fuerzas nacionales que encabezaba el Gral. José María Yañez. Esta batalla no es el tema central de este artículo aunque, como ya se sabe, fue una victoria que llevó a que Raousset fuera fusilado el 12 de agosto siguiente y Guaymas declarada ciudad heroica. Esta fue una prueba de que se había equivocado al creer que los sonorenses lo apoyarían para “liberarse de su gobierno opresor” cuando la realidad fue que no aceptaron ambiciones territoriales disfrazadas.

Para entonces, ya había ocurrido la venta de la Mesilla a través de la cual México le vendió a Estados Unidos la región Sur del actual Arizona, la situada entre la frontera y el actual Phoenix, aunque tampoco esta venta ni ninguno de estos actos satisfizo la sed de aventureros por hacerse de más territorio mexicano.

Por ejemplo, Jean Napoleon Zerman intentó tomar La Paz, Baja California, en noviembre de 1855 y fracasó. A esta expedición le seguiría la dirigida por Henry Alexander Crabb, que entró a Sonora y atacó Caborca en 1857 con el resultado de que también falló y perdió la vida, aunque a la vez esta victoria convirtió también a Caborca en heroica. La meta de Crabb, sin duda, había sido hacerse de las míticas minas de Planchas de Plata como antesala para apoderarse de todo Sonora. Así, la región de Planchas de Plata y de La Arizona fue el imán de ambiciones territoriales manifiestas a mediados del siglo XIX.

Vendría después el imperio de Maximiliano en México, y al ser derrotado éste en 1867, empezó la recuperación económica y social del país bajo cuya égida también ocurrió el renacimiento de La Arizona y Planchas de Plata. Y aquí debo mencionar que lo curioso del caso haya sido que el agente de este renacimiento fue precisamente un extranjero, Guillermo Barnett (bisabuelo del autor de estas notas), quien llegó a Sonora procedente, en algunas versiones se dice que de Inglaterra o de Estados Unidos durante la década de 1860. En otras palabras, después de todas las invasiones filibusteras que ya he mencionado, después de todos estos antecedentes, es muy extraño que el gobierno de México y de Sonora le hayan permitido a un extranjero llevar a cabo el desarrollo de la misma región que había despertado todas esas ambiciones extranjeras apenas unos años antes.

Es curioso, también, que Guillermo Barnett no se haya dedicado a la minería como sería natural dada la fama de Planchas de Plata, que se encuentra situada dentro del antiguo rancho de La Arizona, sino a otras actividades económicas como la ganadería y agricultura. Lo único indudable históricamente es que a él le tocó desarrollar el rancho de La Arizona.

Para finales de la década de 1860, Guillermo Barnett  se había casado con una sonorense, Juana Sánchez  e iniciado la formación de una familia aquí. Según la tradición familiar, él le había salvado la vida a Ramón Corral durante su época de periodista lo que llevó a que, en agradecimiento, éste le hubiera facilitado la posesión de La Arizona.

Cualquiera que haya sido lo que sucedió para permitirle a Barnett ser dueño de La Arizona, para fines de la década de 1860 éste era dueño de casas en Villa de Seris y en Hermosillo, además de un rancho en el Distrito de Altar, o sea el mismo lugar que es motivo de estos artículos.

El rancho de La Arizona, 24 sitios de terreno (alrededor de 42 mil hectáreas), había sido denunciado en 1850 por Juan Bautista Gándara, Rafael Buelna, Manuel Monteverde, Florencio Monteverde y Celedonio Ortiz, todos personajes estatales tanto política como económicamente de aquellas épocas, aunque indudablemente este denuncio nunca evolucionó a una posesión real, debido a los factores que ya he mencionado anteriormente.


Además, es indudable que la superficie que terminó siendo de Barnett fue mayor que la de este denuncio, ya que con el transcurso del tiempo fue adquiriendo diversos ranchos aledaños a La Arizona, como por ejemplo Corral Quemado, Jotaiquí, La Plomosa, el Viacrucis, etcétera.

Guillermo Barnett formaría en La Arizona un rancho que era autosuficiente en casi todo. Producía, además del usual ganado y granos, caña de azúcar a pesar de las heladas invernales, había un molino de harina y enlataba fruta y otros productos que se vendían tanto en Sonora como en el entonces territorio de Arizona. Por ejemplo, de acuerdo con un periódico de Nogales, Arizona, en 1895 se habían producido en el rancho 3,500 latas de duraznos, 1,500 de manzanas y 200 de peras. Además, se preparaba para producir leche enlatada condensada, la que vendería bajo la marca del nombre del rancho.


Y en cuanto a Planchas de Plata, por entonces había renacido como mineral, ya que años antes de que surgiera Nogales, en 1872 Remigio Rivera y Francisco Gastelum descubrieron una nueva veta en el lugar, descubrimiento que ocasionó que se empezara a poblar el mineral al grado que se eligió con un ayuntamiento propio, poblado que, sin embargo, al igual a como había sucedido durante la colonia, tampoco duró mucho.


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