Sunday, May 26, 2013

Las maquiladoras y la población nogalense

El más importante resultado del Programa de Industrialización fronterizo, iniciado en 1965, fue el cambio de estructura de la economía nogalense que se había dirigido principalmente hacia el turismo, y que este programa reorientó hacia la industria maquiladora. Además de ello, también durante este último medio siglo ha ocurrido una verdadera explosión demográfica local, aunque todavía no conocemos sus  verdaderas causas o siquiera la verdadera dimensión de esta explosión.

Para empezar, es innegable que Nogales sufrió un enorme incremento en su población durante este último medio siglo, hecho reconocido aún por los censos nacionales que se realizan cada diez años, aunque si nos apoyamos en otros datos, también oficiales, nos vemos obligados a concluir que este crecimiento en población adolece de errores que merecen ser aclarados ambos, por un lado acerca de la población real de Nogales como también acerca de las verdaderas causas del crecimiento poblacional de esta frontera.

Así, según los censos, en 1960 la población urbana del municipio de Nogales era de poco más de 37 mil habitantes y para 1970 llegábamos a 52 mil nogalenses mientras que en 1980 alcanzábamos los 66 mil. Diez años después rondábamos los 106 mil habitantes, y el 2000 rebasábamos los 159 mil habitantes, para finalmente el 2010 sobrepasar los 212 mil nogalenses. Todas éstas son cifras censales oficiales.

Sin embargo, cuando cambiamos nuestro punto de vista y nos dirigimos a la población nogalense que se empleaba en las maquiladoras, empleo que generalmente es reconocido como causa de este enorme incremento en población de esta frontera, encontramos que entre 1970 y 1980 el número de obreros de maquiladora creció desde 3,000 a cerca de 13,000, o sea que más que se cuadruplicó, ésto a pesar de que según los censos durante esos mismos años la población nogalense total continuó creciendo linealmente, al mismo ritmo que lo había hecho durante los 30 años anteriores, o sea entre 13 y 14 mil habitantes por década.

Pero siguió el paso del tiempo, y durante la siguiente década, de 1980 a 1990, mientras que durante ese periodo de tiempo se rompió el crecimiento lineal de la población que se dedicada a trabajar en las maquiladoras nogalenses, ya que creció a un ritmo mayor, desde el crecimiento de 13,000 como lo había hecho anteriormente, a cerca de 20,000,  por otro lado tenemos, según el censo, que la población total de Nogales pegó un salto, incrementándose en 40,000. En otras palabras, ese censo de 1990 reconocía la explosión demográfica nogalense, además del hecho de que, aparentemente, la población de la maquiladora contribuía a esa explosión.

Sin embargo, durante la siguiente década, de 1990 a 2000, se revirtió la tendencia anterior, ya que mientras que la cantidad de obreros nogalenses pegó el mayor salto que ha tenido históricamente, en términos absolutos de 20,000 a cerca de 40,000 o sea el mismo crecimiento TOTAL en población que había tenido Nogales durante la década anterior, por otro lado la población total nogalense censada disminuyó su crecimiento, al incrementarse en menos de 54 mil. En otras palabras, aparentemente para entonces ya no era factor de influencia la población de las maquiladoras en los censos poblacionales totales de Nogales, y aparentemente a pesar de que continuara en incremento la población obrera Nogalense, el crecimiento de nuestra población total disminuyó.

En otras palabras, las cifras censales nos están diciendo que no existe correlación, que no hay una relación directa pues, entre el crecimiento en población de Nogales y el del número de obreros de la maquiladora, o lo que es lo mismo, que la maquiladora no ha sido el motor que atrajo a la población nogalense actual a esta frontera.

Frente a estadísticas como ésta cabe que nos preguntemos entonces: Si la maquiladora no fue la causa de esta enorme explosión demográfica nogalense ¿Cuál fue entonces la verdadera causa de ésta?

Al problema de definir los verdaderos motivos que tuvieron los actuales nogalenses para emigrar a esta frontera se le debe agregar el de que no se conoce con certidumbre la cantidad real de población con que cuenta esta frontera de Nogales. Un ejemplo notable de esta situación lo tenemos en el Plan de Desarrollo Urbano del Centro de Población de Nogales, que probablemente fue el más bien realizado que se haya hecho sobre esta ciudad. Este Plan fue elaborado por una Secretaría del gobierno federal, la de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE), en 1987. Pues bien, este Plan proyectaba que para el año del 2000 seríamos más de 365,000 los nogalenses. Y sin embargo y como también lo vimos, el censo del año 2000 nos asignó apenas una población de 159 mil habitantes, o sea MENOS DE LA MITAD de la población proyectada por el Plan de Desarrollo federal de nuestro municipio, realizado apenas trece años antes. ¿Es posible que se presentara esa diferencia tan abismal entre ambas cifras oficiales sobre nuestra población? ¿Porqué esa discrepancia tan grande entre las estadísticas de INEGI y las de SEDUE? ¿No merece que el gobierno federal intente darle una respuesta a esta incongruencia?

Resumiendo lo que hemos visto hasta hoy, ya vimos cómo el principal resultado del Programa Nacional Fronterizo en Nogales fue la adecuación de la vialidad urbana al uso del automóvil, e igualmente la facilitación del viaje de Sur a Norte dentro de esta ciudad que, debido a nuestra orografía y a diferencia de las demás fronteras mexicanas con Estados Unidos, ha crecido linealmente hacia el Sur.

Vimos, también, que a mediados de la década de 1960 se implementó el Programa de Industrialización Fronteriza, y que concurrentemente ocurrió la explosión poblacional urbana de este municipio. Sin embargo, todavía no contamos con estadísticas confiables que nos indiquen la dimensión real del enorme crecimiento poblacional nogalense por el que hemos pasado, o aún sobre sus verdaderas causas.

Sunday, May 19, 2013

El inicio del programa de industrialización de las maquiladoras en Nogales


Mientras que el principal proyecto para desarrollar la frontera se centró durante las décadas de 1940 y 50 en la promoción turística de Nogales, el gobierno federal de México fue integrando otro alterno que intentaba combatir la problemática que se había ido desarrollando durante el periodo posrevolucionario.  Esta se derivaba de que la principal oferta laboral de Nogales Sonora dependía del turismo, legal o ilegal; además, era una realidad la pérdida gradual del control ideológico y funcional de la frontera por la nación mexicana debido a la creciente influencia económica y cultural estadounidense.

Para entonces, la calle Morley de la ciudad vecina se había convertido en la tienda de alimentos, ropa y artículos hogareños de toda la costa del pacífico mexicana, al grado de transformar, según la  historiadora Alma Ready, al: “dinámico pequeño centro comercial llamado Nogales [Arizona] cuya importancia estaba, y en 1970 continuaba estando, fuera de toda proporción con su tamaño”. Durante esos años la bonanza económica de la población arizonense era envidiable, manejada a través del esplendor que le daba la imagen del “old Mexico”  y simbolizada en unas Fiestas de Mayo que atraían a millares de visitantes, tanto estadounidenses como mexicanos a esta frontera que era abierta a todo el que quisiera cruzarla esos días sin necesidad de presentar o tener pasaporte y realizar allá sus compras, en una situación que se antojaba sería eterna.

Además, en la apreciación general, Nogales Sonora era una “región especial” dentro de México, era un territorio en donde se alimentaba la idea de que los locales lograban soluciones a su problemática sin interferencia de nadie de afuera. Era una ciudad en donde imperaba la percepción de que la región de los “guachos” empezaba al Sur de Nogales, asociando al “guachismo” con corrupción, con ilegalidad. Como si aquí no hubiera corrupción, como si en Nogales no se manejara nada ilegal. Como si la vida nocturna local no existiera, como si no fuese una realidad cotidiana que aún la necesidad más elemental de cualquier mexicano de un refrigerador, una cama o cualquier otro artículo, era satisfecha de inmediato en alguna de las tiendas de la Calle Morley, acompañada de la oferta de entregarlo a domicilio en las puertas mismas de donde viviera éste en Sonora, Sinaloa o donde fuera, como no hubiese frontera, como si esas tiendas no evadieran el pago de impuestos de importación de los productos que vendían, a México.

Aunado a lo anterior, en 1950 la Comisión Internacional de Límites y Aguas había encargado a la Compañía San Xavier Rock and Sand de Tucson construir una cerca limítrofe internacional en la zona urbana con 11 pies de altura, mientras que un año después también el gobierno federal de México establecía el Perímetro Libre Fronterizo, para cuya implementación se construyeron garitas a 5 Kilómetros de la frontera, en la salida sur de Nogales, en los caminos a Mariposas, a Mascareñas y al Sáric, además de rodear la población con una cerca de 18 Kilómetros de largo, poco más de 2 metros de altura y siete hilos de alambre, obras que se concluyeron en abril de 1952. Así se transformó Nogales en una especie de jaula que impedía el libre tránsito afuera del país o hacia el interior del resto de México.

Y a pesar de estos intentos para controlar la región fronteriza nogalense, el intento de solución no funcionó y para 1954 se generalizaban las protestas contra el Perímetro Libre como inservible para combatir el contrabando.

En respuesta, el gobierno federal de México decidió adoptar un programa integral para mejorar la oferta laboral, habitacional y de tiendas nogalenses, y les dio la oportunidad de ofrecerlos primero a los locales, luego a los regionales, después a los poderes nacionales  y finalmente a las compañías transnacionales. La meta era combatir una realidad local en la que no había oferta de productos nacionales en Nogales Sonora, ya que todo se adquiría en Nogales, Arizona. Tal vez la única excepción haya sido una tienda que estuviera ubicada en la esquina de Obregón y Vázquez, COMBUSTIBLES de Ernesto Elías, que inició operaciones en diciembre de 1945 y en la que se ofrecían, además de gas, que era el combustible que había suplido a la leña y petróleo que por décadas  habían calentado y sido utilizados en esta frontera, también otros productos mexicanos modernos, principalmente estufas y refrigeradores.

Además, en lo laboral se ideó el Proyecto de Industrialización Fronteriza que se tradujo en Sonora en la creación, en noviembre de 1961, de la Dirección de Planeación y Fomento Industrial, cuya primera tarea fue realizar el Primer Congreso Industrial de Sonora en abril de 1962, y también fue promulgada la Ley Número 16, de fomento industrial, que contemplaba varios incentivos fiscales para promover la industrialización local.

El diagnóstico y conclusiones del Congreso sirvieron para la elaboración de un plan para desarrollar la industria en nuestro Estado, aunque orientada principalmente a la región fronteriza, y este plan coincidió con el establecimiento de la primera maquiladora en Nogales, COMCO DE MEXICO, la que inició operaciones con un capital inicial de  medio millón de pesos y 18 obreros, mientras que la segunda, MOTOROLA, empezó a funcionar en 1967.

Finalmente, en marzo de ese último año, 1967, el gobierno estatal expropió 60 Hectáreas al sur y afuera de la entonces mancha urbana nogalense, para crear allí un parque industrial, con la idea de fomentar la industrialización nogalense a través “del ensamble mecánico y electrónico de productos principalmente para la exportación...” Este era el inicio de los radicales cambios que vería Nogales en años por venir, y sobre los cuales regresaré en artículos posteriores de esta serie.

Sunday, May 12, 2013

El renacimiento de la industria nogalense al concluir la revolución


Durante el tiempo que va desde el inicio de la participación revolucionaria de Nogales, en 1913, mismo que destruye la incipiente industria local, hasta cuando se empieza nuevamente a industrializar esta población fronteriza en la década de 1960, la población nogalense creció de unos diez mil hasta alrededor de cuarenta mil habitantes.

En este medio siglo se manifestaron aquí dos proyectos opuestos sobre hacia dónde orientar la sociedad mexicana y nogalense del futuro. Uno, el local, basado en la solución inmediata, pensaba que la vocación de los nogalenses era el turismo y orientó acorde a ello la estructura socioeconómica de esta frontera, con tiendas de curiosidades, de licores, con venta de diversión de todo tipo. El otro, el federal, más complejo intelectual e ideológicamente, intentó encontrarle otra dimensión a la vocación económica y social de esta frontera. Entonces no se sabía, pero fronteras como Nogales se convertirían en laboratorio de fórmulas nacionales durante el periodo posrevolucionario. Esta vertiente tuvo su origen en una serie de pruebas que realizó el gobierno federal desde el momento en que alcanzó primacía, para definir su papel ideológico y funcional futuro dentro de la estructura de México.

Ya en 1917, durante la revolución, el gobierno federal había iniciado probando su poder con las campañas de “desfanatización “ religiosa,  en las que el Estado Nacional se enfrentó a otro poder, el espiritual, e intentó infructuosamente probar que lo secular era el único camino a seguir.

Después vendría la atención estatal hacia el campo, hacia el agro, creyendo que la fuente de riqueza estaba únicamente en la posesión de la tierra, y así se presentaron los programas de redistribución de  la tenencia de la tierra, basándose en los principios que emanaran del zapatismo en el sureste del país, aunque en esta región, debido a la desaparición de los grupos humanos nativos, esta vertiente tuvo un alcance limitado por causas que quedan más allá del alcance de este artículo.

Después, la atención del Estado se dirigió hacia la construcción de infraestructura agrícola en los grandes valles de nuestro país y se levantaron presas, tanto de riego como hidroeléctricas, lo mismo para incorporar las pocas superficies susceptibles de ser domesticadas y aprovechadas para producir utilizando la tecnología de los “farmers” estadounidenses, o bien para domar las aguas broncas que cíclicamente indundaban los territorios aledaños a los ríos y producir la energía necesaria para el desarrollo nacional, aunque tampoco fue ésta la solución a la problemática fronteriza, región que ni gozaba de grandes superficies de tierras ni de grandes ríos que domesticar.

Entonces fue cuando surgió otra solución, una solución que había permanecido escondida entre los ideales revolucionarios: la necesaria atención por el Estado a lo social. Es decir, los esfuerzos del nuevo México deberían enfocarse, tomando como laboratorio a la frontera, al mejoramiento de los mexicanos mismos. Por ejemplo, ya se preveía este intento de solución en el discurso de toma de posesión de Avila Camacho como Presidente de México en 1940, cuando ofreció: "Combatir la pobreza, elevar el nivel nacional, dar garantías a la propiedad rural, defender la salud del pueblo y apoyar a la juventud"

Y sobrevino la Segunda Guerra Mundial, y al concluir ésta y percibirse los parámetros mundiales posbélicos en los que los Estados Unidos se convertía en el eje rector del siglo XX, el gobierno mexicano se dio cuenta de que era necesario poner una barrera a la penetración cultural estadounidense, y a la vez mejorar el nivel de vida mexicano, empezando en la frontera. Así fue cómo se ideó a finales de la década de 1950  una revaloración de la identidad cultural y forma de vida fronterizos, y así fue cómo se idearon dos caminos para encaminar la frontera hacia  esa ansiada modernidad:

Plano del Fundo Legal de Nogales sobre la orografia
Uno, el Programa Nacional Fronterizo (PRONAF) en 1961, que se encargaría de convertir a fronteras como ésta en un escaparate de la cultura nacional, escaparate que por otras causas finalmente no se realizó en Nogales: los edificios construidos para museos y para infraestructura social tuvieron otros usos o bien fueron absorbidos por el enorme crecimiento en población, y a fin de cuentas la principal herencia local del PRONAF fue mejorar la arquitectura urbana nogalense, adecuándola a la hegemonía del automóvil, ya que debido a que cuando surgió esta población en 1884, Nogales había sido diseñada como una retícula cuadrangular de calles angostas adecuadas para carretas y donde la frontera no era sino el límite de la retícula misma, como si la orografía no existiera sobre esta región (en el plano de la derecha, la zona rellena en rojo corresponde a la vía férrea, que antecedió al nacimiento de Nogales, y que actualmente compite con las calles de la ciudad por el escaso espacio plano existente en la cañada).

El antiguo Fundo Legal en la actualidad
Sin embargo, para mediados del siglo XX ya la carreta tirada por caballos había sido suplantada por el automóvil que regía soberano sobre los territorios mundiales, exigiendo amplias vías de comunicación. Así, el PRONAF se enfrentó a la necesidad de cambiar la vialidad nogalense y construyó avenidas que le dieron fluidez al movimiento automovilístico, que proporcionaron más intercomunicación dentro de un Nogales que ya se adivinaba que se extendería a lo largo de la angosta topografía local, buscando salir a terrenos más adecuados para la existencia humana.

Además, y acompañando al PRONAF, a ese escaparate del nuevo México, escaparate del nuevo Nogales que nacía entonces, la atención federal se dirigió también a los estándares de vida de los nogalenses, con la  conclusión que los nogalenses tendrían que gozar de mejor calidad de vida para poder incorporarlos a la modernidad.

La receta ideada fue mejorar aceleradamente el nivel social fronterizo de vida y cambiar sus métodos de vida, de rurales a urbanos. Así fue cómo se ideó el Programa de Industrialización Fronterizo en 1965, un programa conocido hoy como de maquiladoras, bajo el cual en la frontera mexicana se armarían diversos productos estadounidenses, los que serían regresados después a la nación vecina para incorporarlos al mercado. Así se resolvió el problema de la enorme oferta de mano de obra mexicana que ya no sería utilizada en el agro estadounidense, en el bracerismo, sino en fábricas establecidas en México mismo, en las que se trabajaba bajo condiciones urbanas y con mejores niveles de vida que los anteriores.

Sunday, May 5, 2013

La revolución mexicana y la manufactura en Nogales


Continuando con esta serie de artículos acerca de la historia de la industria manufacturera en Nogales, le toca ahora su turno a la época revolucionaria. Nogales no sufrió durante el primer periodo revolucionario, que ocurrió entre 1910 y el asesinato del Presidente Madero.  Los problemas y desmantelamiento de la industria manufacturera en Nogales surgieron posteriormente, época que fue inaugurada por la toma de esta población, el 13 de marzo de 1913, por las tropas del entonces Coronel Álvaro Obregón.

Carranza visitando la actual Escuela Pestalozzi
Después vendría la llegada de Don Venustiano Carranza a Nogales. Aquí  formó su gobierno de oposición al de Victoriano Huerta, y aquí también se ideó la campaña que recuperó la nación para la revolución. Seguirían años de lucha, de los que a nivel nacional el peor ocurrió en 1915 con luchas interfaccionarias entre los Villistas o convencionistas como se les llamaba, y los Constitucionalistas, aunque aquí, en Nogales, debido precisamente a nuestra condición fronteriza, se agregó por necesidad el efecto que tuvo en Estados Unidos su participación en la Primera Guerra Mundial. Fueron años de agravamiento gradual de la situación internacional, de constantes medidas restrictivas en contra del libre comercio y tránsito internacional.

La Expedición Punitiva en una caricatura contemporánea
Por entonces, Nogales, Sonora, dependía casi totalmente para su subsistencia de la nación vecina, ya que en esta población no se producía casi nada. Además, la próxima participación estadounidense en el conflicto europeo había convertido a los Estados Unidos en una nación cada vez más preocupada por su frontera, y además se involucró directamente en la revolución al reconocer a la facción carrancista revolucionaria mexicana y desconocer a la villista. Esta involucración llegó a tal grado, de que tuvieron una participación directa en la contienda entre las facciones mexicanas cuando Villa intentó atacar a Agua Prieta. El resultado fue la derrota de Villa y su promesa de vengarse, lo que ocurrió empezando 1916 cuando atacó a una población fronteriza de Nuevo México, Columbus. Ese ataque, a su vez, provocó la expedición punitiva, como se le llamó, en la que varios miles de soldados estadounidenses entraron a México sin permiso,  buscando a Villa para aprehenderle.
La frontera de Nogales durante el periodo revolucionario


Todos estos incidentes afectaron aún más a esta frontera nogalense, agravando las condiciones de vida locales, hasta el grado de que al correr el rumor de que también Sonora sería invadido por fuerzas militares estadounidenses, el gobierno de nuestro Estado ordenó que se realizara en todo Sonora un inventario de los alimentos existentes y ordenó que a mediados de 1916 todo Nogales, Sonora, fuera evacuado. Y a pesar de que poco después se repobló Nogales, seguiría es establecimiento de los pasaportes para poder cruzar la frontera, hasta que todo este proceso de agravamiento internacional culminó con el incidente internacional del 27 de agosto de 1918 debido al cual, Nogales alcanzó el título de Heroica. Obviamente, no podía conservarse ni mucho menos desarrollarse la manufactura o el comercio bajo esas condiciones, y la economía local se derrumbó.

Vino después la década de 1920, y empezando ésta, el gobierno municipal, que no tenía recursos económicos, para hacerse de algunos, decidió vender el edificio de la Presidencia Municipal, situado en la esquina Noroeste de Campillo y Juárez, y usar como presidencia el edificio de la cárcel municipal, ubicado entonces donde hoy se encuentra la Presidencia. Vendió el edificio de la Campillo al gobierno federal y con ese dinero se pudo ampliar el mercado municipal y otras obras. Mientras, Nogales, Arizona se había convertido en la tienda de toda la costa del pacífico mexicano, donde los mexicanos a adquirían desde ropa hasta artículos del hogar o bien alimentos procesados.

Así transcurrieron los años, y en la década de los 30 sobrevino la gran depresión económica mundial, la que ocasionó que esa década fuera la única en la historia de Nogales en que la población decreció, en vez de crecer.

Vendría después la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias, cuando Nogales descubrió una vocación económica en el turismo, tanto legal como ilegal. Se establecieron las Fiestas de Mayo, Nogales, Arizona continuó siendo la tienda de toda la costa del pacífico mexicano, se estableció la Zona de Tolerancia en la Calle 5 de Febrero y surgieron entonces las tiendas de curiosidades a lo largo de la Calle Obregón. Casi todos los nogalenses creían que el futuro de esta frontera estaba en el turismo.

La garita fronteriza en Nogales, hecha por el PRONAF
Durante la década de mil novecientos cincuenta, los notables locales intentaban afianzar la fórmula del turismo como solución económica local, mientras que el gobierno federal no definía aún una receta para el futuro económico de Nogales. Esta receta finalmente fue presentada a los  nogalenses durante la campaña para la gubernatura de Alvaro Obregón Tapia, y fue implementada por dos proyectos federales: el Programa Nacional Fronterizo, cuyo principal legado fue la adecuación de la vialidad urbana nogalense al automóvil a través de la construcción de amplias calles que comunicaran el Sur con el Norte de Nogales, con la frontera, pues; y el Programa de Industrialización Fronteriza, que diseñó el método de las maquiladoras o fábricas de ensamble, en las que mano de obra mexicana es utilizada para armar diversas piezas, las que nuevamente se regresan a los Estados Unidos, ya como  artículos armados con valor agregado. Simultáneamente, las condiciones de vida locales cambiaron radicalmente, aunque ese es un tema que cubriré en el siguiente artículo…