Así fue cómo, después de la renuncia de Porfirio Díaz a la presidencia de México, seguida de nuevas elecciones en las que asumió la presidencia Francisco Ignacio Madero, todos pensaron que la época más difícil de la revolución había pasado aunque, hoy lo sabemos, eso no era más que el principio de la verdadera revolución mexicana.
La principal falla del gobierno maderista fue ofrecerles muy poco mejoramiento económico a los obreros y campesinos y concentrar sus esfuerzos en apoyar una mayor libertad política en el país. Eso llevó al descontento de algunos sectores de la sociedad; al levantamiento en oposición al maderismo de Emiliano Zapata en el Sur del país y a su apoyo a la insurrección de Pascual Orozco en el Norte, en Chihuahua, ese 1912.
En el Norte de México, la subsecuente derrota de Orozco en Chihuahua forzó a que el movimiento orozquista se trasladara a la región serrana oriental de Sonora: a las minas cercanas a Cumpas; a los pueblos del Río de Sonora, como Aconchi que fue bombardeado con dinamita; a poblaciones sonorenses en donde aún hoy se mantiene el recuerdo de esas resistencias en los nombres de sus calles y en su memoria colectiva; o bien a actos de orozquistas como el del General Emilio Campa, quien a finales de agosto de 1912 quemó los puentes ferroviarios aledaños a Santa Cruz, además de tomar al poblado, lo que interrumpió el tránsito en la vía férrea que aún hoy une al mineral de Cananea con Nogales. O bien al ataque al pueblo y mineral de Nacozari por el orozquista Antonio Rojas, hecho que llevó a que los hermanos Douglas, dueños de las minas, intentaran formar una fuerza armada filibustera estadounidense en Arizona para proteger sus intereses mineros, aunque no lograron reunir a suficiente gente y el proyecto quedó abortado. De esta manera, la frontera internacional conservó hasta entonces su carácter delimitador de los conflictos políticos.
Siguió entonces el golpe de Estado de Victoriano Huerta contra el gobierno de Madero en febrero de 1913, estos días hace cien años, seguido del arresto del presidente por órdenes de Huerta, y horas antes de que fueran muertos el presidente Madero y el Vicepresidente Pino Suárez, el día 21 el ayuntamiento de Cananea se declaró en oposición a Huerta, todo como antesala de la oposición casi total de Sonora contra el huertismo.
Carranza durante su visita a Puertecitos |
Sin embargo, este periodo de aparente armonía entre los revolucionarios no duró mucho y fue seguido por la división en facciones revolucionarias y la guerra intestina entre las fuerzas de Maytorena y Francisco Villa por un lado, y las de Calles y Carranza por el otro, la que se expresó a través del famoso Sitio de Naco y con éste, el impedimento a exportar los productos de la mina cananense. Esta contienda obligó al cierre de la mina en agosto de 1914 y al despido de 4 mil mineros mexicanos y de doscientos estadounidenses y a que únicamente diez estadounidenses y cuarenta mexicanos se quedaran en las instalaciones para protegerlas, al mismo tiempo que la situación económica de los residentes de la región era cada vez peor.
Así, el agente consular Charles Montague escribiría haber visto cómo miles de residentes del Norte de Sonora: “han estado sufriendo una magra existencia lavando oro, cazando, acarreando leña y demás, mientras que otros se han unido a los distintos ejércitos que pasan por la región.” Y agregaba: “durante los últimos meses he visto evidencia de más sufrimiento en Cananea que todo lo que he visto antes.” Y al igual que en Cananea, esa crisis se manifestaba en todas las regiones de Sonora, con inestabilidad económica, con asaltos y una infinidad de rumores, a los que se agregaba el que Francisco Villa, que para entonces había roto abiertamente contra la facción de Carranza, se preparaba para invadir Sonora.
Finalmente, ya para terminar 1915 los Estados Unidos reconoció a la facción carrancista dentro del movimiento revolucionario, y Villa, opositor de Carranza, invadió entonces a nuestro Estado y atacó Agua Prieta. Pensaba que ese puerto fronterizo estaría protegido únicamente por unos pocos, cansados, soldados carrancistas, aunque fue rechazado con enormes pérdidas debido a que Estados Unidos habían permitido que cuatro vagones de fuerzas constitucionalistas viajaran por su territorio y reforzaran a las tropas de Agua Prieta. Eso provocó su ira, aunque el espacio se me agota por lo que retomaré el tema en mi próximo artículo…
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