Sunday, December 23, 2012

Años de bonanza en Cananea


El mineral de Cananea sería desarrollado y en enero de 1901, gracias a la conclusión de un horno, de inmediato se incrementó la producción de cobre. Al mismo tiempo nacía el poblado de Cananea, no siguiendo la tradición histórica mexicana de establecer un Fundo Legal, territorio público que sirviera para que allí se estableciera la población, sino como una propiedad privada perteneciente a Greene.

George Perkins
En 1885, el Senador de California, George C. Perkins, y otros, habían comprado un millón de hectáreas en esa región con la intención de dedicarlas a la ganadería, aunque nunca las trabajaron, y empezando 1901 Greene adquirió esa posesión.

Por entonces había dos poblados allí: Cananea Vieja y El Ronquillo y ambos tenían una población total de unos 3,500 habitantes, aunque gracias al desarrollo que había traído la minería, la primavera de 1902 se alcanzaban 12,000. El problema que tenían era que estaban ubicados sobre terreno quebrado, y además dentro del terreno de la compañía minera.

Para resolver esa situación, Greene ordenó trazar las calles de un nuevo poblado sobre la mesa norte, como se le llama, que es una planicie elevada que se extiende hacia el Este de la fundición, y así alejarlo del quebrado terreno del Ronquillo y Cananea Vieja, y el Congreso de Sonora decretó su fundación el 13 de octubre de 1901.

El poblado inicial de Cananea sobre una imagen actual
Era un poblado “privado” en terrenos de William Cornell Greene, quien donó los lotes necesarios para construir la infraestructura social y que el municipio tuviera para vender.

El resto lo conservó Greene como propiedad privada y allí construyó su mansión en el extremo oeste de la mesa, en la orilla que dominaba la cañada del Ronquillo y Cananea Vieja, este último poblado que fue obligado a ser desmantelado ya que ocupaba terrenos de la compañía.

El banco de Cananea fue inaugurado en enero de 1902, el hospital y el hotel Sonora en septiembre, los bomberos en noviembre y el rastro en diciembre.  Los acompañaría la tienda de la compañía, el hospital y la escuela con 246 alumnos, así como el cementerio, la cárcel y la presidencia municipal.

Sin embargo, el mecanismo diseñado para la asignación de lotes, alejado de la tradición histórica y cultural mexicana, causó fricciones de inmediato, como lo apreciamos en la queja de algunos cananenses en 1902: La compañía “ha puesto cercos en todas direcciones, obstruyendo calles y avenidas … dejando a cientos de miles de almas [cifra exagerada, sin duda] sin medio de comunicación, o de entrar o salir de sus propias casas;”  además, la fuerza pública se encargaba de hacer cumplir esos límites y expulsaba a quien no los obedeciera.

Y por otro lado, la tendencia a la eficiencia y simplificación administrativa estadounidense llevó a que los pequeños comerciantes que, acostumbrados al sistema mexicano de libre comercio, y que se veían ahora bloqueados, interpretaban esos ataques como intentos de la compañía para apoderarse de su actividad económica. Así sucedió, por ejemplo, con el monopolio del rastro de ganado, compañía de Greene que penalizaba el sacrificio ganadero por quien no perteneciera a la compañía. Ese problema hizo surgir, ya desde mayo de 1902, la semilla del descontento, por ejemplo en la queja de unos cananenses: “¿Porqué toleran los mexicanos ser tratados como bestias y ser expulsados de su propia tierra como si fueran extranjeros?”

Y mientras nacía el poblado de Cananea, al mismo tiempo la bonanza del cobre llevaba a los inversionistas a llenarle las bolsas a Greene, dinero que era invertido en la construcción del poblado y en un ferrocarril que comunicara a Cananea con Naco. Pero además, Greene compró el rancho Palominas del lado arizonense de la frontera y se convirtió en dueño binacional ganadero, ya que poseía toda esa planicie que va desde Cananea y cruza la frontera hasta Arizona, y para criar ganado en esa región, organizó la Greene Cattle Company en Arizona, seguida de la Cananea Cattle Company en Sonora. A la compañía sonorense le asignó la marca RO mientras que a la arizonense la OR.



En el mapa adjunto se muestran en forma aproximada las posesiones de Greene

Y para explotar los minerales de oro y plata en Sonora y Chihuahua también creó la Greene Gold-Silver Company, además de que su incursión en Chihuahua lo llevó a adquirir grandes extensiones de bosques chihuahuenses para explotar su madera, y así formó la Sierra Madre Land and Lumber Company. Y como fuente energética para hacer funcionar toda esa actividad económica logró una concesión para construir una presa hidroeléctrica sobre el río Aros. Finalmente, como conclusión de ello, para conectar todas estas posesiones compró el Ferrocarril Rio Grande, Sierra Madre y Pacífico con la idea de construir una red ferroviaria que conectara a Cananea con Guaymas y Nogales en Sonora, así como con todo Chihuahua y Nuevo México.

No todo era miel sobre hojuelas, sin embargo. También surgieron problemas por diferencias en las tradiciones legales de México y los Estados Unidos, como la posesión indivisa de terrenos que contemplaba la ley en México. Eso pasó, por ejemplo, cuando Greene quiso hacerse de los terrenos del Ojo de Agua, aledaño a Cananea, y se topó con que había siete herederos de Arvallo, cada uno con demandas diferentes, y que además eran dueños “indivisos” de esos terrenos, o sea que su posesión por ley no estaba dividida de las demás y no importaba qué tan pequeña fuera ésta, ellos podían hacer uso de toda la superficie de esa posesión.

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