Sunday, December 30, 2012

Cananea entre 1901 y 1905


Según vimos ya en los artículos anteriores de esta serie, el mecanismo de Greene para capitalizar el desarrollo de sus empresas era conseguir préstamos y con ellos pagar el “enganche” para iniciarlas, y después, con los ingresos que se lograran, ir cubriendo los dividendos a los inversionistas a la vez que se iba pagando a los dueños de los terrenos o minas.

Sin embargo, hubo algunas inversiones que no redundaron en beneficios, como el caso de los tractores adquiridos para transportar productos a Cananea desde la frontera, que no funcionaron sobre el terreno de la región, ya que se atascaban en el lodo.

También estaba el ferrocarril de vía angosta a Puertecitos que tampoco trajo grandes beneficios para la compañía a pesar de su costo. Por ejemplo, se operaban alrededor de 20 trenes diarios de mineral entre las minas como Capote y la fundición, que estaban situadas sobre terreno más o menos plano, y así fue cómo  las minas Veta Grande, Capote y Oversight produjeron casi 800 mil toneladas de mineral para 1905.

Y si comparamos con esta producción la de las minas situadas más arriba de la sierra de Cananea, que eran manejadas a través del ferrocarril de Puertecitos, que era de una ruta difícil, tenemos que las cubrían apenas dos trenes diarios y producían generalmente entre 3 y 4 góndolas diarias de mineral.

Ferrocarril de vía angosta, Cananea a Puertecitos

El ferrocarril a Puertecitos, debido a lo quebrado del terreno y altura que se tenía que alcanzar, cubría una distancia que en línea recta era de sólo once kilómetros en 24, con pendientes máximas de más del 5%, y más del 85% de la ruta con curvas de más de 30 grados.

Como resultado, mientras que los gastos de operación del ferrocarril de vía angosta a Puertecitos para 1906, cuando ya se había logrado desarrollarlo totalmente, fueron de poco más de $202 mil dólares por otro lado los ingresos del mismo y para el mismo periodo fueron apenas de $121 mil dólares.

Además estaban los accidentes producidos en ese tramo del ferrocarril a Puertecitos, como el ocurrido a fines de 1902 cuando seis góndolas de mineral se descarrilaron al escapársele al maquinista;  aunque no fue éste el único ya que hubo otros y más graves. Por ejemplo, el accidente ocurrido el 1 de marzo de 1903 que ocasionó la muerte del cambiavías John Madden y del empleado O. E. Foubre. Sin embargo, el mayor accidente ocurrió en la fundición con la muerte de los mineros Gerónimo Fontes y Manuel Encinas, cuando no fue detenido a tiempo el ferrocarril con los desechos de la fundición al final de la vía, y como consecuencia la locomotora que transportaba a cinco góndolas de desecho fundido se precipitaron por la pendiente, sepultando a Fontes y Encinas bajo el material candente. Según lo reportó el Heraldo de Cananea: “es casi cierto, y por razones caritativas deseable, que las dos desafortunadas víctimas hayan muerto instantáneamente.”

Otro problema recurrente al que se tenía que enfrentar Greene era a los intentos de distintos grupos para quitarle el control de la compañía. Esto ocurrió, por ejemplo, cuando un grupo de inversionistas, Thomas Gates, F. H. Ray y  Edwin Hawley, quienes gracias a sus inversiones en Cananea habían logrado ser parte de la mesa directiva de la compañía junto con Greene, contrataron a Anson Burchard como Vicepresidente de la Compañía. Burchard de inmediato se puso a analizar la operación de la mina en Cananea, y entre sus hallazgos estuvo el que Greene pagaba los mejores sueldos en México.

Así fue cómo, empezando 1903, los maquinistas estadounidenses del ferrocarril a Puertecitos, que eran miembros de la Hermandad de Maquinistas y recibían un sobresueldo del 25% por trabajo peligroso en esa ruta, recibieron la noticia de que de inmediato serían cancelados esos sobresueldos y reducidas sus horas de trabajo, de 12 a 10 horas diarias. Como resultado del bloqueo subsecuente, toda la planta tuvo que suspender operaciones, lo que le costó $15,000 dólares diarios a la CCCC. Y para intentar resolver el problema, de inmediato se contrataron más maquinistas, aunque los que llegaron, al saber lo que había sucedido de inmediato renunciaron también. Como resultado, Burchard tuvo que extender el plazo de terminación del pago de sobresueldo hasta febrero.

Estos problemas ocasionados por los intentos de Burchard para hacer más eficiente el funcionamiento de la mina fueron aprovechados por inversionistas como Gates, Ray y Hawley, quienes además de adquirir a Burchard también contrataron a John Farish, de Denver, a que realizara un análisis independiente de la operación de la mina; y de inmediato empezaron a vender grandes cantidades de acciones de la compañía.

Cuando se hizo público, el reporte decía que la mina estaba casi agotada, lo que trajo como consecuencia que el precio de las acciones se vinieran abajo. Poco después estaba planeada la sesión de accionistas de la compañía, por lo que el plan de este grupo era vender primero y cuando los precios de las acciones alcanzaran su mínimo valor, adquirirlas nuevamente y así lograr el control de la compañía. Sin embargo, Greene consiguió el apoyo del Dr. James Douglas, de la compañía Phelps Dodge que operaba la mina de Nacozari, y con el millón de dólares que éste le facilitó logró expulsar a sus cuatro oponentes, recuperando, así, el control de la mina de Cananea.


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