Sunday, December 2, 2012

Pesqueira y Cananea


Después del intento de Ignacio Pérez y de los hermanos Arvayo para desarrollar las minas de Cananea, según vimos en el artículo anterior, éstas quedaron abandonadas hasta que Don Ignacio Pesqueira intentó trabajarlas. Pesqueira controlaría la gubernatura de Sonora por dos décadas y empezando su gobierno, en 1860 le encargó al Ingeniero Robert D´Aumaile investigar ese mineral. En su reporte, D´Aumaile se quejaría de que los problemas políticos habían desprovisto a Sonora de información sobre la historia de la mina, aunque podía mencionar varias en el lugar, de las que las principales eran: Ronquillo, Chivatera, San Rafael, Santo Domingo, Cobre Pobre, la de Plomo de Arvayo y además, en las cercanías se encontraban: Mariquilla y El Tajo.

¿Cómo era el Cananea de entonces? ¿antes de que naciera esa población? Para responderlo, afortunadamente contamos con el diario de un explorador, Adolfo Bandelier,  quien recorrió esa región en 1884, dos años antes de la muerte de Pesqueira y cuando nacía Nogales. Así, entrando a Sonora por el río San Pedro, Bandelier anota: “Febrero 21, 1884: Partimos alrededor de las 8 A.M. siguiendo el San Pedro por su ribera derecha… Descendimos al Cananea, un vivaraz arroyo… [y llegamos a] un rancho bien fortificado con dos torres redondas, y luego entramos a la cañada hasta el Pinal. Muy pintoresco. Altamente romántico. Cruzamos el pequeño arroyo cuando menos treinta veces. Suficiente vegetación. Encinas, mucha yuca y sotol, nopales, agaves y las altas cimas de las montañas cubiertas de nieve. El General  Pesqueira y Don Epitacio Paredes me recibieron hospitalariamente… Dormí mal en las cabañas de madera a pesar de que no están tan altas ni tan frías, aunque éste es el punto más alto en Sonora.”

El antiguo fuerte de Cananea. Foto tomada alrededor de 1900
El torreón que menciona Bandelier, que hoy ha desaparecido y ya entonces se encontraba abandonado, se encontraba ubicado al Norte del actual Cananea. Estos torreones, que eran necesarios para la defensa contra los Apaches, fueron muy comunes en las haciendas de la Colonia (recuerdo , por ejemplo, que una tía me hablaba del que hubo en la hacienda de La Arizona, al Suroeste de Nogales). Por otro lado, el Pinal que se menciona era donde Pesqueira había construido unas cabañas en las que brindó hospitalidad a Bandelier, las que posiblemente estuvieron cerca del Puerto de Cananea.  Pero regresemos al diario de Bandelier:

“Febrero 22: El General partió temprano con casi todos. Yo seguí a pie y fui con Julián Zubía a la mina, que está en una cañada, cuatro y media millas hacia el Sureste…. Descendimos a una cañada profunda, boscosa. Los árboles son encinas de los dos tipos comunes. Las faldas de los cerros están cubiertas con grava, lo que hace muy difícil caminar. Fui a la mina y regresé.” 

Es decir, partiendo de las cabañas donde habían pernoctado, los viajeros se adentraron a la Sierra de Cananea siguiendo la cañada que cruza de Este a Oeste al norte de la población actual, pasando por El Ronquillo y por el pueblo hoy desaparecido de Buenavista y Chivatera ya dentro de los terrenos actuales de la mina.

En su descripción de estas mismas minas que, recordemos, entonces trabajaban por medio de túneles o tiros, no a tajo abierto como actualmente, D´Aumaile dice que el Ronquillo: “…tiene un grosor de entre tres y medio o cuatro pies de mineral muy rico, trabajada a una profundidad de 80 pies. Tiene varias bocas y está llena de agua… Siguiendo por la cañada… un cuarto de milla más arriba llegamos a la mina de La Chivatera, que está situada sobre una pendiente muy pronunciada... Los minerales son varios de cobre, plata y plomo, prevaleciendo los de cobre. Los terreros están llenos de buen metal y a sus pies corre un arroyo permanente que no es adecuado para usar debido a la impregnación de metales pero muy bien ubicado para lavar los desechos de la mina. El metal que se tira en los terreros, el que se encuentra en las haciendas y el de los jales le proporcionaría una fortuna respetable a un europeo.  Trescientas yardas más arriba está un salón abierto -no lo puedo comparar con nada más-, con una pequeña pila de desechos a un lado; es la mina o Tajo de San Rafael.  Y más arriba por la cañada está la Mina de Plomo de Arvayo…”

La cañada actual. Buenavista en la esquina inferior izquierda
Hoy, todas estas minas han desaparecido debido al cambio de tecnología minera, de tiro a tajo abierto. El Ronquillo se ha convertido en uno de los barrios de la antigua Cananea, y gracias al recorrido que le debo al Ingeniero Humberto de Hoyos, un cananense profundo conocedor de su región, pude reconstruir la ubicación de las demás minas mencionadas por D´Aumaile.

Continuando por la cañada que menciona el texto puede uno ver algunas ruinas de la antigua población de Buenavista, por donde estuvieron las minas La Chivatera, La Demócrata, La Veta Grande, todas las cuales han sido cubiertas actualmente por los jales de las nuevas obras y, al fondo de esa cañada, siguiendo la cama del antiguo ferrocarril a Puertecitos (cuyo trazo se muestra, serpenteante en la fotografía adjunta), antes de que ésta dé vuelta para empezar a ascender la sierra, también se encuentran las ruinas de Capote…

Después de dejar la gubernatura, Pesqueira continuaría trabajando la mina de Cananea, así como la de Santa Elena, cerca de Banámichi, y sus haciendas de Delicias y Bacanuchi hasta su fallecimiento en 1886.

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